Levanta Tu Ancla! Dios Te Está Llamando A Las Aguas Profundas || Altar #048 (2019) Pakistán

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PALABARA DE DIRECCION:

Hay un dicho famoso en el mundo de los negocios que dice así: Grandes riesgos, traiga grandes recompensas.

Simon Peter y sus asociados de pesca, James y John, regresaban para una noche de pesca que no había producido recompensas. ¡Habían regresado con las manos vacías! Los negocios no iban bien para estos pescadores. Sin embargo, las cosas estaban a punto de cambiar.

Jesús, un maestro rabino, le preguntó a Simon si le dejaría pedir prestado su bote por unos momentos. En Lucas 5, no sabemos de qué habló Jesús, pero seguro que algo estaba conmoviendo el corazón de Simón Pedro. Y cuando Jesús terminó, le pidió a Simón que tomara el bote nuevamente. Esta vez en las aguas profundas.

Cualquier buen pescador sabe que hay varias cosas importantes a tener en cuenta al pescar. Hay un momento adecuado durante el día para pescar y hay una profundidad adecuada para pescar. No era el momento adecuado, ni el lugar adecuado para sacar el bote y comenzar a pescar nuevamente. Pero porque Jesús lo dijo, Simón obedeció.

¡Esto fue ciertamente un gran riesgo! Fácilmente podría ser considerado como una pérdida de tiempo por quienes lo rodean. Sin embargo, eso no lo detuvo. Levantó el ancla y se dirigió a las aguas profundas, tal como Jesús había dicho.

Simon, arrojó la red al agua y lo imposible pareció suceder justo ante sus ojos. La red estaba llena de peces, pero no solo unos pocos, sino tantos que las redes comenzaron a rasgarse y Simon necesitaba llamar a sus asociados para pedir ayuda. El riesgo de fracaso, el crisitismo valió la pena a lo grande.

Dios nunca nos deja con las manos vacías cuando ponemos toda nuestra confianza en Él. No sé qué te impide hoy experimentar el poder sobrenatural de Jesucristo en tu vida hoy. Pero es hora de levantar el ancla y partir hacia las aguas profundas. ¡Venga! Algo grandioso está por suceder.

Lucas 5:1-11 (NVI)

1 Un día estaba Jesús a orillas del lago de Genesaret, y la gente lo apretujaba para escuchar el mensaje de Dios. 2 Entonces vio dos barcas que los pescadores habían dejado en la playa mientras lavaban las redes. 3 Subió a una de las barcas, que pertenecía a Simón, y le pidió que la alejara un poco de la orilla. Luego se sentó, y enseñaba a la gente desde la barca.

4 Cuando acabó de hablar, le dijo a Simón:

—Lleva la barca hacia aguas más profundas, y echen allí las redes para pescar.

5 —Maestro, hemos estado trabajando duro toda la noche y no hemos pescado nada —le contestó Simón—. Pero, como tú me lo mandas, echaré las redes.

6 Así lo hicieron, y recogieron una cantidad tan grande de peces que las redes se les rompían. 7 Entonces llamaron por señas a sus compañeros de la otra barca para que los ayudaran. Ellos se acercaron y llenaron tanto las dos barcas que comenzaron a hundirse.

8 Al ver esto, Simón Pedro cayó de rodillas delante de Jesús y le dijo:

—¡Apártate de mí, Señor; soy un pecador!

9 Es que él y todos sus compañeros estaban asombrados ante la pesca que habían hecho, 10 como también lo estaban Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran socios de Simón.

—No temas; desde ahora serás pescador de hombres —le dijo Jesús a Simón.

11 Así que llevaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, siguieron a Jesús.

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https://youtu.be/r2SJsUTWDFw

 Nacidos en Sion,
Christopher y Doriana Goins

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