Habla Al Viento || Altar de Adoración

 Tal vez como en ningún otro momento de nuestra historia, tenemos que entender que Jesús es hacedor de la paz. No importa qué tipo de tormenta, problemas financieros o problemas de salud, problemas matrimoniales, problemas laborales, problemas familiares o una crisis emocional.

Dios quiere que aprendamos cómo hablar a nuestras tormentas. Filipenses 4: 7 nos dice que Dios nos da la paz que no se puede explicar con la lógica humana. Su paz no es como la paz que ofrece este mundo, no es una paz que está aquí un día y luego se va otro día, es paz total en medio de la tormenta.

Hay una historia muy interesante en los evangelios (Mateo 8: 23-27, Marcos 4: 35-41, Lucas 8: 22-25) cuando Jesús y sus discípulos se dirigían al lago después de un tiempo de ministrar a la gente , se encontraron frente al ojo de la tormenta. En lugar de reconocer quién estaba con ellos en el bote, habían fijado sus ojos en las olas que golpean contra el bote.

Aquí hay un principio que debemos aprender a aplicar. Había dos reinos manifestando. El reino invisible y el reino visible. Los discípulos tenían sus ojos fijos en el reino visible, mientras las olas golpeaban contra el bote, sus corazones se aferraban al miedo.

Dios le ha dado autoridad a su iglesia sobre el viento y las olas. Si vamos a ver su reino manifestado aquí en la tierra, primero debemos aprender a ejecutar nuestra autoridad en el reino invisible, y como resultado, el reino visible reflejará la manifestación de los hijos de Dis y la voluntad del Padre.

No importa qué tipo de tormenta sea, debemos usar y manifestar nuestra autoridad en Cristo Jesús para reprender y ordeñar el caos que nos rodea para que esté completamente alineado con el Reino de Dios.

¡Habla paz a las tormentas!

Filipenses 4:7 (NVI)
"Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús."

Marcos 4:35-41 (NVI)
35 Ese día al anochecer, les dijo a sus discípulos: ―Crucemos al otro lado.  36 Dejaron a la multitud y se fueron con él en la barca donde estaba. También lo acompañaban otras barcas.  37 Se desató entonces una fuerte tormenta, y las olas azotaban la barca, tanto que ya comenzaba a inundarse.  38 Jesús, mientras tanto, estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, así que los discípulos lo despertaron. ―¡Maestro! —gritaron—, ¿no te importa que nos ahoguemos?  39 Él se levantó, reprendió al viento y ordenó al mar: ―¡Silencio! ¡Cálmate! El viento se calmó y todo quedó completamente tranquilo.  40 ―¿Por qué tienen tanto miedo? —dijo a sus discípulos—. ¿Todavía[a] no tienen fe?  41 Ellos estaban espantados y se decían unos a otros: ―¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?

¡Que tu adoración te conduzca continuamente más alto!

Nacidos en Sion,
Christopher y Doriana Goins

 El Altar de Adoración es un lugar dedicado a entrenar a una generación de adoradores que han puesto su corazón de servir y atender el Señor a través de la adoración continua.

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